PARECER FELICES AL TEATRE SANS

PARECER FELICES

EL POLLO CAMPERO, comidas para llevar (Catalunya)

DIES 6, 7 i 8 DESEMBRE

Divendres, dissabte 20:30h i diumenge 19h

 

IDEA I CREACIÓ: El Pollo Campero, comidas para llevar

DRAMATÚRGIA I DIRECCIÓ: Cristina Celada

ACTRIUS: Gloria March Chulvi y Cristina Celada

TEXT: Cristina Celada amb Gloria March Chulvi

DURADA DE L’ESPECTACLE: 65 min

IDIOMA DE L’ESPECTACLE: Castellà

Espectacle per a públic jove i adult

 

VENDA ENTRADES

La companyia El Pollo Campero Comidas para Llevar ens acosta a la realitat de les xarxes socials i l’esclavatge al que estem sotmesos. Vivim de cara a la galeria, només pendents de penjar fotos que mostrin felicitat? A ‘Parecer felices’ les dues intèrprets Glòria March i Cristina Celada posen en dubte aquesta vida en un espectacle molt còmic però amb una realitat molt profunda de rerafons.

Aquest muntatge és una investigació escènica que parteix de les realitats paral·leles que vivim, dels diferents personatges que interpretam perquè això que anomenam món no se’ns vagi de les mans.Un brindis pel segle XXI, on tot el temps celebram, no hi ha treva. Un homenatge a totes aquestes festes en què el més divertit són les fotos que es pengen a Instagram. Una festa que s’ha celebrat moltes vegades, la mateixa festa, sempre la mateixa festa. Perquè hi ha moltíssimes coses aparentment alegres que ens posen una mica tristos.

 

LA CRÍTICA HA DIT…

En este Festival TNT pude, por fin, ver un espectáculo de El pollo campero, comidas para llevar y lo que descubrí fue a dos mujeres con las que no pude identificarme más. Gloria March y Cristina Celada montan una especie de fiesta de cumpleaños/camping decadente para reflexionar en voz alta sobre nuestra vida, la de los que nos acercamos peligrosamente a los 40, en este siglo XXI tecnificado, artificial y deshumanizado.

Si estáis esperando redención y optimismo podéis irlo a buscar a cualquier otra parte, pero si lo que os gusta (como a servidora) es el humor negro, el cinismo, el petardeo y las contradicciones, ya estáis tardando. Y es que El pollo campero tiene una capacidad infinita para destilar todas esas piedras en los zapatos que nos amargan la vida y traducirlas al lenguaje de la performance.

Chistes malos sobreexplicados (quizá mi escena favorita), karaoke etílico, poses artificiales en selfies para Instagram y miserias del primer mundo en general adquieren en Parecer felices el tono justo de tragicomedia que nos permite empatizar con nosotros mismos y sentirnos un poco menos solos.

Con una puesta en escena que parece espontánea e improvisada (como solo un trabajo bien ensayado y milimetrado puede parecerlo) una setlist que deberían compartir en forma de lista de Spotify y la cantidad justa y necesaria de helio, Parecer felices es tan profundamente triste que lo único que podemos hacer al verla es echarnos a reír. Claramente, si no existieran las Pollo campero, habría que inventarlas.

GEMA MORALEDA, 05/10/2018